Quiénes somos

La Coordinadora Antifascista de Jaén nace con la intención de convertirse en un espacio de lucha donde distintas individualidades, de muy diferente sensibilidad política e ideológica, se unen para combatir una problemática común: el fascismo, sea de la clase que sea. La CAJ tiene un funcionamiento asambleario, es autogestionaria y asume una serie de principios que, más allá del estricto antifascismo, son defendidos por todos los que formamos parte de ella, como son la solidaridad, el antirracismo, el igualitarismo, etc. La CAJ tiene su ámbito de actuación en la ciudad de Jaén y está abierta a cualquier persona que lo desee y que asuma los acuerdos estructurales de la Coordinadora, que, como hemos dicho al principio, nace como coordinadora de individalidades, donde los colectivos (partidos, sindicatos, asociaciones) de procedencia de los miembros deben quedar al margen. Por todo lo anterior, los miembros de la Coordinadora creemos que la violencia fascista, sea de la clase que sea y venga de donde venga, sólo se puede combatir desde la unidad de todas las fuerzas sociales e individuales que crean en la libertad, la igualdad y la solidaridad como máximos principios de organización social. Una y mil veces… ¡NO PASARÁN!

29 de agosto de 2011

Lumpemproletariado y fascismo


En el análisis político, el concepto de lumpenproletariado (o lumpenproletariat) se ignora con demasiada ligereza. Si se revisan libros pro- y anti-globalización denota que el término es absolutamente ignorado. Es una pena, porque creo que es un concepto que puede explicar muchas cosas a varias personas e iluminar bastantes ha algunas otras.

El objetivo es llamar la atención sobre el tema, a ver si algún sociólogo, economista o politólogo, con más competencia pueda atreverse a escribir un ensayo serio sobre el lumpenproletariado o el neo-lumpenproletariado. El lumpemproletariado (algunas veces escrito lumpenproletariado) es un término de origen marxista, con el que se designa a la población situada socialmente por debajo del proletariado, desde el punto de vista de sus condiciones de trabajo y de vida, formado por los elementos degradados, desclasados y no organizados del proletariado urbano, así como aquella parte de la población que para su subsistencia desarrolla actividades al margen de la legalidad (delincuencia, corrupción, prostitución, etc).

Esta clase social, moldeables y dóciles al servicio de los mandos del neoliberalismo, ha sido considerada tradicionalmente por el marxismo como carente de conciencia política e inútil, y susceptible de servir de punto de apoyo a la burguesía explotadora del hombre.

La Real Academia Española (RAE) clasifica al lumpemproletariado como "la casta social más baja sin consciencia de clase."

El término deriva del original en alemán, "lumpenproletariat", propuesto por Karl Marx y Friedrich Engels en su trabajo "La ideología alemana" (1845). Marx sostenía que en los acontecimientos históricos que habían conducido al golpe de Luis Bonaparte en 1851, el proletariado y la burguesía habían actuado de manera productiva y progresista, mientras que el "lumpenproletariat" se había mostrado improductivo y regresivo. Según Marx, el "lumpenproletariat" no tenía ningún motivo para participar en la revolución, e incluso pudo tener de hecho interés en preservar la estructura de clases, porque los miembros del "lumpenproletariat" dependían a menudo de la burguesía y de la aristocracia para su supervivencia.

Es lugar común considerar que el lumpenproletario pertenece a la sección de la población con menos ingresos. No obstante, hay excepciones. Un lumpenproletario que haya progresado y ascendido en la escala de ingresos, puede tener hijos que, no obstante, piensan y sienten como lumpenproletarios. Podría llamárseles lumpenburgueses.

Su sentimiento colectivo es menor que cero. No sienten que la sociedad les deba nada ni ellos deben nada a la sociedad. Su individualismo no tiene límites, más allá de los estrictamente familiares o que afecten al clan. Caen en lo antisocial con facilidad. Si algún día tienen la tentación de ideologizarse, se sentirán cómodos bajo el paraguas neoliberalismo y se aferrarán al partido que, según circunstancias, defienden tales ideas. Históricamente, en cambio, su preferencia ideológica es el fascismo. Por eso tambien se pueden sentir atraidos por partidos que naden entre ambas aguas: la fascista y el neoliberalismo.

No aspiran, por tanto, a que la sociedad mejore. Aspiran simplemente a mejorar ellos, y si es a costa de la sociedad, mejor. Así, de paso, se vengan de un entorno al que consideran hostil. La preocupación por el futuro es mínima. Si pueden, no pagan impuestos y se saltan todos los trámites que los ciudadanos normales deben realizar (por ejemplo, sacarse la licencia de conducir, pasaporte,etc). Además, presumen de ello y se consideran muy listos por actuar así.

Ciertos “trabajitos” (estafadoresbuhoneros, carceleros, policía rompehuelgas, represores de todo tipo) han sido creados a propósito para ellos, y sobreviven gracias a ellos. Aquí algunos pueden ver una contradicción ¿cómo un ser tan individualista puede pasar a formar parte de un cuerpo disciplinado? En realidad no hay tal contradicción. El individualismo de los lumpen no es ideológico es una consecuencia de un miserable instinto de supervivencia y despojado de cualquier afán de autorealización o de mejora personal. Estos lumpemproletario se unen a otros grupos de desclasados de la misma forma que los chacales forman manadas. Son seres individualmente cobardes, actuan en grupo por el cual se sienten más protegidos. Esa sensación de protección se incrementará cuanto más desestructurado sea el entorno (social, familiar).

-El artículo viene de aquí.

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