Quiénes somos

La Coordinadora Antifascista de Jaén nace con la intención de convertirse en un espacio de lucha donde distintas individualidades, de muy diferente sensibilidad política e ideológica, se unen para combatir una problemática común: el fascismo, sea de la clase que sea. La CAJ tiene un funcionamiento asambleario, es autogestionaria y asume una serie de principios que, más allá del estricto antifascismo, son defendidos por todos los que formamos parte de ella, como son la solidaridad, el antirracismo, el igualitarismo, etc. La CAJ tiene su ámbito de actuación en la ciudad de Jaén y está abierta a cualquier persona que lo desee y que asuma los acuerdos estructurales de la Coordinadora, que, como hemos dicho al principio, nace como coordinadora de individalidades, donde los colectivos (partidos, sindicatos, asociaciones) de procedencia de los miembros deben quedar al margen. Por todo lo anterior, los miembros de la Coordinadora creemos que la violencia fascista, sea de la clase que sea y venga de donde venga, sólo se puede combatir desde la unidad de todas las fuerzas sociales e individuales que crean en la libertad, la igualdad y la solidaridad como máximos principios de organización social. Una y mil veces… ¡NO PASARÁN!

24 de julio de 2011

La extrema-derecha asesina a 92 personas en Noruega


LA MATANZA DEL ODIO

El atentado de Noruega no es obra de un loco, se alimenta del discurso de la intolerancia a la diversidad.

El horror de Noruega nos alcanza a todos. Estamos ante un crimen del odio en su más bárbara expresión terrorista, realizado por un fanático ultraderechista que hace del rechazo a los progresistas, a la democracia que acoge a la inmigración y a la tolerancia que integra la diversidad religiosa, el motivo de su crimen masivo.

No es obra de un loco. Puede que sea un psicópata profundo a partir de su fanatismo y odio, pero actúa cerebralmente para ejecutar su matanza, se alimenta del discurso de la intolerancia a la diversidad, discurso que también proyectan partidos y organizaciones de una nueva extrema derecha que hace de la xenofobia, el racismo, la fobia al islam y la criminalización de la democracia, especialmente de los progresistas, el "chivo expiatorio" de su arianizada visión. El asesino alcanza satisfacción y protagonismo observando el miedo y el horror que provoca en la sociedad que quiere destruir.

Hay precedentes, no es la primera vez. El atentado cometido por el ultraderechista Timothy McVeigh en Oklahoma, tras explotar un camión de explosivos y asesinar a 168 personas, dejó un terrorífico mensaje de sangre: podemos actuar como "lobos solitarios".

Elevado al santuario del yihadismo nazi, McVeigh ha sido emulado por otros asesinos masivos, como muestran los sucesos en centros escolares de Alemania, Finlandia y Norteamérica. Existe una comunidad virtual criminal de alcance transnacional, alimentada por internet y redes sociales, que busca su razón de existir en el discurso del odio y encuentra su logística en el fácil acceso a las armas y explosivos en múltiples escenarios, también en la red.

El "lobo solitario" es un aspirante a genocida y funciona en esa comunidad virtual, visible en Internet, que se alimenta de la biblia ultra: Los Diarios de Turner, escrita por el nazi William Pierci, cuyo consumo mundial ha superado los cinco millones de ejemplares. El relato del horror de esta novela puede ser una realidad que se expanda, sólo necesitan gente que lo asuma con determinación cuya recompensa será la fama por aterrorizar al mundo. Inspirados en este manual del horror, como en otros manuales neonazis tipo Resistencia sin líder, los criminales sin organización pueden causar tragedias de miles de víctimas y por extensión del conjunto de la sociedad. Y como lo saben, lo hacen.

Sin embargo vuelve a sorprender la nula detección del problema por las fuerzas de seguridad. Ancladas en los viejos clichés de las organizaciones terroristas y del antiguo fascismo no acaban de comprender las claves de la nueva ultraderecha y de su intolerancia criminal en un mundo globalizado de interconexión sin límites a través de internet. Sobradamente advertidos por quienes conocemos la tragedia por sus efectos hay pistas que deben llevarles a entender por qué matan de esta manera. Stieg Larsson y su Millenium permiten comprender cómo pueden surgir este tipo de salvadores' en sociedades avanzadas.

Mientras tanto, al menos se debería limpiar de internet la basura criminal de manuales y webs que incitan el odio, ilegalizar a organizaciones y partidos racistas que lo difunden y no permitir el fácil acceso a las armas en ningún país. Europa no puede mirar a otro lado ante el aumento del racismo y la intolerancia, debe desterrar su banalización, reforzar los códigos penales, mejorar la inteligencia sobre estos grupos y personas, luchar democráticamente en todos los frentes contra el fanatismocuya capacidad para el horror ha quedo demostrada en Oslo. En España se debe reformar el Código Penal y crear fiscalías contra los delitos de odio, formar y especializar a la Policía, urge sensibilizar, prevenir y legislar contra estos crímenes, mejorar su persecución. Mañana puede ser demasiado tarde.

Fuente: http://www.publico.es/internacional/388523/la-matanza-del-odio

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